Con 4.498 mm de largo, 1.751 de ancho y 1.682 mm de alto las cotas del Lodgy son las de un monovolumen del segmento medio, aunque debido a las simples líneas de su carrocería, muy cuadradas con aspecto de furgoneta (no se me ofendan), la impresión que se percibe es la de un vehículo mucho más grande de lo que en realidad es.
Podríamos decir que el frontal es la parte más trabajada del conjunto, con un paragolpes y una calandra bien diseñados que anuncian la nueva identidad visual de la marca. De perfil se acentúa la sensación de robustez subrayada por la línea ascendente de las ventanas. En la zaga destacan los pilotos traseros en posición vertical y, sobretodo, el gran portón.
De este último hay una cosa que no nos ha gustado demasiado y es su ángulo de apertura. Cuando está completamente abierto, no sube lo suficiente, y personas con una estatura más bien alta podrían llevarse algún que otro chichón si no se va con cuidado. Os lo digo por experiencia…
Habitabilidad
Tras descubrir que el Lodgy no es tan grande como parece, exteriormente hablando, la sorpresa es doble cuando empiezas a estudiar el espacio interior. Para empezar, nos impacto laextraordinaria distancia de la cabeza al techo. Si tu nombre no es Pau Gasol y juegas en los Lakers, es prácticamente imposible que sientas ningún tipo de angustia en este aspecto. Lo mismo ocurre con la anchura en cualquiera de las tres filas de asientos.
Los asientos delanteros son bastante básicos y tan sólo el acabado Lauréate, el que estamos probando, ofrece de serie regulación en altura. No es difícil encontrar una buena posición de conducción, el problema es que hay que cambiar el chip y en vez de ir medio tumbado en una butaca hay que adoptar una postura mucho más erguida, como sentados en una silla. Por el contrario, el volante no dispone de regulación en profundidad (sí en altura) y su posición, demasiado horizontal, nos recuerda en exceso (otra vez) a estar conduciendo una furgoneta.
El espacio para los ocupantes de la banqueta central es más que correcto. Se pueden acomodar de una forma cómoda hasta tres adultos. Esto es debido a que, gracias a la gran batalla de que dispone el Lodgy, los pasos de rueda no interfieren en esta fila y se puede aprovechar muy bien todo el ancho del coche.
Por ponerle una pega diremos que los respaldos apenas disponen de sujeción para la espalda y los ocupantes quedan un poco a merced de los balanceos laterales aunque eso también es una ventaja a la hora de sentar a tres personas ya que la que ocupe la plaza central irá tan cómoda como las otras dos.
Lo más sorprendente: la tercera fila. Sin lugar a dudas. Generalmente ésta está destinada únicamente para que puedan viajar niños, pues bien, en el Lodgy se pueden acomodar adultos de hasta 1,90 metros sin tener que contorsionarse para encontrar la posición. Comprobado.
Volviendo a la parte delantera, centrándonos en la calidad de los materiales y la confección en general del interior vemos que, salvando las distancias, el Lodgy ofrece un nivel bastante correcto. Es cierto que todo es plástico duro, que algunos acabados o mecanismos de apertura de sus guanteras o huecos portaobjetos podrían estar mejor, pero la realidad es que aporta un toque bastante digno al conjunto. Recordemos que se trata de un monovolumen low cost y el ahorro en el proceso de fabricación por algún lado tenía que notarse.
El cuadro de instrumentos es básico, dos círculos cromados para el velocímetro y el cuentarrevoluciones y otro para una pequeña pantalla a modo de ordenador de abordo. En el centro del salpicadero, como extra y por sólo 360 euros, se aloja el sistema Media Navcompuesto por una pantalla táctil de 7 pulgadas con la que se puede manejar la navegación, el audio o el teléfono en manos libres. Un extra bastante asequible que debe montarse sí o sí. Comentar que es la primera vez que Dacia monta un sistema de navegación integrado en alguno de sus modelos.
Motor
Por muchos es conocido este motor que Renault introdujo en el mercado hace ya unos años. Este bloque, que se fabrica en la factoría de motores de Valladolid, se puede elegir con potencias de 90 y 110 CV.
En la versión menos potente, la de 90 CV que hemos probado, la cifra de par máximo se fija en los 200 Nm, con un consumo medio homologado de 4,2 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 109 g/km. Cuenta con una caja de cambios manual de cinco velocidades con un escalonamiento de las marchas bastante correcto. Lamentablemente y aunque el motor no sea demasiado potente se le echa en falta una sexta relación para circular por autopista con el motor bien desahogado.
Como viene siendo habitual, el consumo medio que aporta el fabricante dista un poco del que realmente se consigue circulando cotidianamente. En nuestro caso, sufriendo el intenso tráfico de Barcelona y su periferia, el ordenador nos marcaba, al final de una semana de pruebas, una media de 5,4 l/100 km, bastante correcto.
Conclusión
En tiempos difíciles, económicamente hablando, como los que estamos sufriendo estos últimos años, son muchos los que por necesidad o simplemente porque no consideran la oportunidad de acudir al mercado de segunda mano se decantan por vehículos con precios contenidos. Un claro ejemplo de ello es la marca Dacia, que ha materializado un aumento de las ventas, con modelos simples pero que a la vez aportan soluciones correctas sin excederse en detalles de gran calidad.Son coches prácticos, diseñados y fabricados para adaptarse a las necesidades diarias básicas de sus propietarios.
El Dacia Lodgy ofrece todo esto y más. Digo más porque se trata del monovolumen de 5 o 7 plazas, a elegir, más barato del segmento, pero con cotas de habitabilidad en algunos casossuperiores a las de modelos de la competencia. Eso sí, su precio parte de los 10.000 euros aproximadamente, pero a poco que elijamos versiones más equipadas, con los propulsores más potentes y algún que otro extra, éste aumentará bastante. Tenedlo en cuenta.
Sinceramente aconsejamos que, si asiduamente se va a cargar bastante al Lodgy, se apueste por un propulsor con un poco más de caballos, el dCi 110 sería quizás la opción más acertada junto al TCe de 115 de gasolina que destaca por su buen empuje a cualquier régimen y no penaliza en exceso en consumo.
Pero lo que es indudable es que Dacia ha mejorado y mucho desde que lanzara en su momento el logan y el Sandero: mejores acabados, nuevas tecnologías y un mayor confort de marcha. Y en este Lodgy se nota una barbaridad.
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