Habitabilidad
Gracias a su longitud de 4,78 metros y a su anchura de 1,90 m, el espacio interior es el gran caballo de batalla del Aria. Se trata de un vehículo pensado para toda la familia gracias a sus siete plazas. La amplitud y los diversos ajustes del asiento del conductor posibilitan encontrar una buena postura al volante, sumada a una destacable visibilidad delantera gracias a la posición elevada.
El tablier hace gala de un diseño algo más elaborado de lo que nos tenía acostumbrados Tata tiempo atrás, aunque poniendo siempre por delante aspectos funcionales al atractivo estético. La calidad de acabados también ha subido un peldaño con la llegada del Aria, y en este modelo se aprecian materiales de una calidad mayor que antaño. Por ejemplo, se han utilizado ciertos plásticos blandos y los tiradores interiores de las puertas son cromados.
En lo que respecta a la segunda fila de asientos, cuenta con un buen espacio para las rodillas de los ocupantes. Estos se benefician de la posibilidad de desplazarla longitudinalmente y de inclinar el respaldo para ganar comodidad. Mientras tanto, las dos plazas de la tercera fila son más justas de espacio, por lo que pueden estar destinadas perfectamente a niños o personas de estatura media. Las banquetas de la segunda y la tercera fila cuentan con un mullido algo duro, lo que le resta algo de confort, pero este aspecto queda compensado por la sensación de amplitud que proporciona el habitáculo.
Existe un buen número de huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo, accesibles para los siete posibles ocupantes. La capacidad de maletero con la tercera fila en su configuración normal es de 214 litros. Pero si estas plazas no van ocupadas, el volumen crece hasta los 588 litros. Si se abate también la segunda fila se da lugar a un inmenso espacio de nada menos que 1.777 litros.
No hay que pasar por alto el poblado equipamiento del nuevo Tata, que incluye volante multifunción, radio CD, conexión USB, control de velocidad de crucero y elevalunas eléctricos, entre otros elementos. Además, la versión con tracción integral añade elementos como cámara de visión trasera, retrovisores plegables eléctricamente, climatizador, sensor de lluvia y de luces, bluetooth y navegador.
En el capítulo de la seguridad, el Aria dispone de airbags frontales, laterales para los asientos delanteros y de cortina así como de ABS y EBD. En materia de ayudas, equipa control de estabilidad (ESP) y control de tracción. Asimismo, integra dos anclajes Isofix para asientos infantiles en las plazas laterales de la segunda fila.
Motores
El motor que propulsa al Aria es el mismo que da vida al Tata Xenón. Es decir, el turbodiésel 2.2 DICOR de cuatro cilindros y 150 CV con inyección directa common rail. El bloque ofrece una respuesta correcta en bajos gracias a sus 320 Nm entre 1.500 y 3.000 rpm. Pese a ello, no destaca especialmente por su capacidad de aceleración, pues precisa de 13,7 segundos para pasar de de 0 a 100 km/h. El hecho de que el vehículo supere con creces las dos toneladas de peso tiene que ver con que este tiempo no sea inferior.
Y es que se trata de un automóvil pensado para viajar de forma tranquila, sin solicitarle fuertes cambios de ritmo, algo por otro lado poco habitual durante los trayectos en familia. El propulsor se asocia a una caja de cambios de cinco velocidades. No estaría nada mal una sexta relación para viajar más desahogados y ajustar algo más el consumo, cuya media homologada es de 7,2 litros cada 100 km. Un aspecto que podría mejorarse es de la insonorización interior, ya que el sonido del motor se percibe bastante desde dentro de la cabina.
Diseño, de gran robustez.
A nivel de estructura, el Aria se distingue por un conjunto muy robusto, basado en un chasis de largueros y travesaños. Cuenta con suspensión independiente delante y eje rígido, detrás. Su tarado de suspensión bastante blando se traduce en un buen confort de marcha, sobre todo al rodar por terrenos irregulares. Asimismo, por grandes rectas se muestra bastante aplomado, lo que demuestra que se trata de una de sus zonas favoritas.
No sucede lo mismo por carreteras de curvas, por donde se perciben ciertos balanceos de la carrocería a causa del peso y del comentado tarado de suspensión. Por otro lado, al sistema de frenado le falta algo de mordiente, lo que implica que sea necesario pisar el pedal con cierto brío para detener el vehículo.
Las dos versiones que se comercializan del nuevo modelo indio se corresponden con los dos tipos de tracción disponibles. La variante de acceso es 4x2 y monta tracción trasera, mientras que la tope de gama es la que cuenta con tracción total. La versión 4x4 se fundamenta en un sistema TOD (Torque On Demand), que distribuye el par entre los dos ejes y se conecta mediante un simple botón.
En este caso, para poder activar o desactivar la tracción total la velocidad debe ser inferior a 80 km/h. En condiciones normales, el eje delantero recibe el 8% de la fuerza, mientras que al trasero se envía el 92%. Tal proporción varía según las necesidades de motricidad de cada momento, pudiendo llegar al 40% en el tren delantero y el 60%, en el posterior.
Final
Muy pocos competidores existen en el mercado capaces de ofrecer un habitáculo tan amplio y modulable como el del Aria por un precio tan competitivo. El notable listado de equipamiento es otro valor añadido que convierte al nuevo integrante de Tata en una opción a considerar para las familias viajeras. Sin proporcionar grandes prestaciones, el motor turbodiésel 2.2 DICOR cumple con su cometido y muestra un resultado más que digno a la hora de mover los más de 2.000 kg del vehículo.
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