jueves, 27 de diciembre de 2012

Ford B-MAX, practico y pequeño


El Ford B-Max llega para consolidar la fuerza de Ford en el mercado de monovolúmenes. Mide 4.077 milímetros, así que es unos 13 centímetros más largo que un Ford Fiesta y 28 más corto que un Focus. Teniendo en cuenta sus dimensiones exteriores y su concepto, llega para rivalizar con modelos como el Opel Meriva, aunque el modelo de la marca de Rüsselsheim es algo más grande (4.288 mm).

Se caracteriza por un innovador sistema de acceso. Ya existen otros monovolúmenes con puerta trasera corredera, como el Mazda 5 o su hermano mayor, el Ford Grand C-Max, pero ninguno de ellos carece de pilar central. Eso permite dejar una zona de acceso al habitáculo de 1,5 metros de ancho, frente a los 70-80 cm que suelen dejar las puertas convencionales.

El Pilar B en realidad no desaparece, sino que queda oculto en el marco de ambas puertas. Además, se ha reforzado el resto de la estructura para asegurar la máxima seguridad en caso de impacto lateral. 


Mecánicas eficientes para el B-Max

La gama de motores que ofrece el Ford B-Max va orientada claramente a la eficiencia. Al que más importancia le quiere dar la marca del óvalo es al tricilíndrico de 999 cc Ecoboost, que está disponible en dos rangos de potencia: 100 y 120 CV. Este segundo con 'Start-Stop', lo que le permite ofrecer unas emisiones de solo 114 g/km, que son las mejores de su categoría. Aunque la gama de gasolina también contará con un 1.6 Duractec con cambio Powershift de seis velocidades con 105 CV de potencia. En otros países europeos también habrá un 1.4 Duratec de 90 CV, pero este no se venderá en España.

En el apartado diésel, se ofrece un nuevo propulsor 1.5 TDCi de 75 CV y el 1.6 TDCi de 95 CV, que también logra unas emisiones muy buenas: 104 g/km.

He podido probar las dos variantes más potentes tanto de gasolina como de diésel y si tuviera que elegir, me quedaría con el Ecoboost. Aunque es demasiado ruidoso en algunos momentos, sorprende por su buena respuesta a bajas revoluciones y por su elasticidad. Sin olvidar que tiene un consumo muy contenido: 4,9 l/100 km.

Por su parte, el 1.6 TDCi de 95 CV, marca un consumo envidiable de 4,0 l/100 km, aunque durante esta prueba por las carreteras alemanas y con una lluvia intensa durante gran parte del recorrido ha gastado una media 5,9 litros, según el ordenador de viaje.
Recordemos que todos sus motores de propulsion de gasoleo son de origen Peugeot, excelentes mecanicas.

La última tecnología para el B-Max

Todas las versiones del nuevo B-Max contarán de serie con la tecnología de ahorro 'ECOnetic', que incluyen la dirección asistida 'Electric Power Assisted Steering', que requiere de menor energía que los sistemas de dirección asistida hidráulicos, el 'Gear Shift Indicator' para señalar los momentos de cambio de marcha más eficientes, y el sistema de información al conductor 'Ford Eco Mode', que ayuda a los conductores a adoptar un estilo de conducción más económico. Además del 'Smart Regenerative Charging', que carga la batería en el punto más económico de un viaje.

En el apartado tecnológico también hay que mencionar el sistema multimedia SYNC, una interfaz de control de voz para la integración del sistema multimedia (desarrollado por Sony. Con demasiados botones, para mi gusto) con tu smartphone. Permite a los usuarios conectar teléfonos móviles y reproductores de música vía 'Bluetooth' o USB, hacer llamadas de teléfono sin manos y controlar la música y otras funciones usando comandos de voz. Un sistema, que se ofrece de serie en todas las versiones.

Entre las opciones disponibles en la lista de extras, creo que merece la pena destacar el 'Active City Stop', un sistema como el que ya incorporan el Volvo XC60 o urbanos como el Seat Mii, que detiene el vehículo en caso de impacto inminente si se circula a menos de 30 km/h.


Habitabilidad en el Ford B-Max

El interior es uno de los puntos fuertes del nuevo monovolumen pequeño de Ford, ya que permite abatir el asiento del copiloto y así dejar una superficie de carga de hasta 2,35 metros de longitud. Además, al abatir los respaldos de los asientos traseros el fondo queda plano y el maletero pasa de 304 litros a 1.386.

Los materiales empleados son los habituales en la marca. Superficies blandas con plásticos brillantes, que logran una buena combinación de calidad y solidez. Con los acabados ocurre otro tanto, porque cuenta con buenos ajustes y superficies bien rematadas.



Comportamiento dinámico

En este apartado no se le pueden poner pegas al nuevo B-Max, que como otros monovolúmenes de la marca cuenta con una respuesta directa más propia de un vehículo compacto, que de un vehículo de su categoría. Permite un paso por curva estable, la suspensión es firme (sin restar por ello confort) y la dirección asistida eléctrica tiene un tacto bastante directo.

Estará a la venta de manera oficial a partir del mes de octubre, aunque ya se aceptan encargos. Para que tengas claro dónde se coloca, cuesta unos 2.000 euros más que el Ford Fiesta, a igualdad de motor y equipamiento, es decir, que el modelo de acceso a la gama cuesta 16.900 euros.

Como acción de lanzamiento, siempre que reserves el nuevo Ford B-Max antes del 30 de septiembre, se ha creado la Versión especial Ecoboost Edition, cuyas 500 unidades se ofrecen por 15.450 euros.

Prueba a fondo del Ford B-MAX 1.0 Ecoboost 120 CV 

El maletero del Ford B-Max no es amplísimo, pero sus 304 litros dan de sobra para un par de maletas grandes y, además, esconde un pequeño hueco bajo el suelo. El borde de carga está a 70 centímetros del suelo y al abatir los respaldos el fondo queda plano, porque las butacas cuentan con un sistema especial de plegado que las desplaza de forma automática ligeramente hacia abajo.
Ya que hablo de la segunda fila de asientos en esta prueba, hay que destacar que pese a ser un coche de apenas cuatro metros de largo sorprende el hueco que ofrece tanto para las piernas como para la cabeza. Eso sí, le pondría tres pegas: la primera es que la plaza central es muy estrecha y poco aconsejable para viajar en ella; la segunda, que no hay reposabrazos en las puertas (al ser correderas, no hay hueco para ponerlo) y no sabes dónde colocar el brazo; y la última, que resulta un tanto complejo cerrar las puertas correderas desde dentro. En cualquier caso, no voy a ser yo quien niegue las ventajas de este tipo de apertura, que te facilita la vida enormemente, sobre todo cuando aparcas en batería.
Ya en marcha, debo reconocer que me ha parecido que el Ford B-Max 1.0 Ecoboost va sorprendentemente fino. Diría que, incluso, su suspensión es excesivamente firme para un monovolumen, aunque de este modo los balanceos apenas se aprecian al tomar las curvas.
El vehículo de esta prueba monta el propulsor 1.0 Ecoboost. Un tricilíndrico de 999 cc que entrega 120 CV. En cuanto aceleras a fondo la primera vez te das cuenta de que ofrece más de lo que cabe esperar, porque empieza a empujar con muchas ganas prácticamente desde las 1.000 rpm y estira sin desfallecer hasta las 6.000 vueltas, que es cuando entrega su potencia máxima.
Ahora bien, el frugal consumo que promete Ford B-Max es una quimera que solo alcanzarás si pisas el acelerador con todo el tiento del mundo, porque en este test, con condiciones normales de circulación, pese al sistema 'Start-Stop' se ha disparado hasta los 7,2 l/100 km. Es algo que nos está pasando con todos los Ecoboost.

Nota Final: 7,9

Rivales: Renault Modus, Opel Meriva

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