La unanimidad en la valoración de la estética es casi absoluta aunque para gustos colores en mi caso he de decir que no es lo suficiente bonito para llamarse Mercedes...
Como siempre, sin embargo, dejamos la estética al margen para que cada uno opine para centrarnos en análisis de elementos más objetivos. Como suele ser habitual en este tipo de coches Premium, que ponen el acento en la estética y la seducción, conceptos como practicidad o habitabilidad, claves en la definición de sus rivales generalistas, quedan en un segundo plano.
El Clase A no es un coche amplio y tiene un maletero (350 litros) en la media del segmento. Las plazas delanteras son cómodas y Mercedes ofrece de serie los espectaculares asientos deportivos de nuestra unidad de pruebas. Estos asientos, con reposacabezas integrados, son opcionales en otros mercados pero Mercedes ha decidido que sean los que monten todas las unidades vendidas en España.
Los asientos son cómodos y recogen muy bien el cuerpo pero los reposacabezas tan grandes complican la ya delicada retrovisión del coche, empeorada por la poca altura de la luneta trasera y por unos montantes traseros enormes que limitan la visibilidad hacia los tres cuartos. Aquellos que prefieran un Clase A menos deportivo, pueden cambiar esos asientos por los de confort sin cargo extra.
Las plazas traseras no son amplias. El espacio para las piernas entre filas de asientos es justo, el túnel de transmisión (evidencia de que habrá versiones de tracción integral, ya anunciadas por la marca) de generoso tamaño yel diseño de la banqueta prioriza las plazas exteriores.
El que espere un coche amplio detrás hábil para cinco plazas habrá errado el tiro. El Clase A está pensado para cuatro ocupantes y los de atrás no disfrutarán del espacio que encontrarán en un Renault Megane o un Opel Astra, por ejemplo. Ni el hueco para las piernas ni el espacio libre al techo son notables pero cuatro personas viajarán sin problemas. La puerta trasera, con una acusada caída del corte superior, es ancha pero el acceso a bordo obligará a las personas altas a ser cuidadosas con su cabeza.
El salpicadero es atractivo pero con esos tics propios de Mercedes que desesperan a los que no están acostumbrados a la marca. El diseño es limpio y atractivo. La instrumentación es deportiva, con fondo blanco, y completa, los aireadores redondos tienen un cierto aire retro muy atractivo y en la consola encontramos los mandos del equipo de audio y los del climatizador, estos en la parte baja. Encima del salpicadero, Mercedes nos instalará una pantalla a color que parece un ipad mini. Las hay de dos tamaños en función del tipo de navegador opcional que montemos. La de nuestra unidad era la pequeña.
Lo de los tics va, por ejemplo, para la disposición de la palanca del cambio automático tras el volante. Más molesta es, a mi juicio, la integración de las palancas habituales de luces, intermitentes y limpias en una única en el lado izquierdo, poco práctica al acumular tantas funciones.
No se trata sólo de que estemos acostumbrados a accionar los intermitentes con la derecha (justo donde está la palanca del cambio) sino en la segunda palanca a la izquierda, situada más abajo, que gestiona el control de crucero, muy dada a ser accionada accidentalmente por su cercanía a la de luces y limpias, en ese caso gana muchos puntos el Audi o el BMW.
Hay, entiendo, soluciones mejores para todo ello; palanca del cambio en la consola aunque sea en una ruedecita como en los Jaguar, palancas a ambos lados para faros, intermitentes y limpias, mandos del cruise control al volante y… freno de mano eléctrico en la consola. En este caso hay que ir a buscarlo a la izquierda del volante y muy abajo, recuperando, al menos en esencia, aquellos frenos de estacionamiento de pie que Mercedes nos mantuvo hasta hace bien poco y que algunos modelos degama alta exhiben todavía.
No se trata sólo de que estemos acostumbrados a accionar los intermitentes con la derecha (justo donde está la palanca del cambio) sino en la segunda palanca a la izquierda, situada más abajo, que gestiona el control de crucero, muy dada a ser accionada accidentalmente por su cercanía a la de luces y limpias, en ese caso gana muchos puntos el Audi o el BMW.
Hay, entiendo, soluciones mejores para todo ello; palanca del cambio en la consola aunque sea en una ruedecita como en los Jaguar, palancas a ambos lados para faros, intermitentes y limpias, mandos del cruise control al volante y… freno de mano eléctrico en la consola. En este caso hay que ir a buscarlo a la izquierda del volante y muy abajo, recuperando, al menos en esencia, aquellos frenos de estacionamiento de pie que Mercedes nos mantuvo hasta hace bien poco y que algunos modelos de
Nuestro Clase A llevaba un motor diésel de dos litros y 136 CV (RECORDAMOS QUE ES MOTOR RENAULT), un motor interesante, con un muy buen rendimiento en toda la franja de revoluciones y con un consumo aquilatado.
El cambio automático de siete relaciones supone una ayuda para el consumo sólo en determinados casos (autopista en la larguísima séptima, por ejemplo) pero en líneas generales penaliza la cifra final de consumo.
De todas maneras, nada que objetar a los seis litros de media con que terminamos la prueba del coche. En ciudad llega a siete pero en carretera y autopista a velocidad legal y sin acelerar más de lo indispensable, pueden sacársele fácilmente medias por debajo de seis o de poco más de esa cifra a coche cargado.
Motor y cambio casan bien. La caja es de doble embrague, relativamente rápida y siempre tiene tendencia a meter la marcha más larga posible. Para evitarlo –hay ocasiones en que hay que hacerlo- se puede optar por el modo secuencial y cambiar mediante las levas situadas tras el volante.
El cambio automático de siete relaciones supone una ayuda para el consumo sólo en determinados casos (autopista en la larguísima séptima, por ejemplo) pero en líneas generales penaliza la cifra final de consumo.
De todas maneras, nada que objetar a los seis litros de media con que terminamos la prueba del coche. En ciudad llega a siete pero en carretera y autopista a velocidad legal y sin acelerar más de lo indispensable, pueden sacársele fácilmente medias por debajo de seis o de poco más de esa cifra a coche cargado.
Motor y cambio casan bien. La caja es de doble embrague, relativamente rápida y siempre tiene tendencia a meter la marcha más larga posible. Para evitarlo –hay ocasiones en que hay que hacerlo- se puede optar por el modo secuencial y cambiar mediante las levas situadas tras el volante.
Como en todos los coches, al llegar al corte de inyección, el cambio mete la marcha superior e impide una reducción de más de una marchaque dejara el régimen del motor cerca del corte. Como en la gran mayoría de secuenciales. Hay que acostumbrarse y es más latoso porqué es un diésel y el margen de revoluciones en cada marcha es inferior pero, al menos, nos garantiza controlar la marcha en la que queremos entrar en cada curva y eso es bueno en conducción deportiva.
La suspensión está orientada al confort y la verdad es que el que proporciona es muy elevado. Se trata de un coche que sabe mezclar la deportividad de un chasis perfectamente puesto apunto , lo que se traduce en una notable eficacia, con una suspensión que filtra muy bien la carretera.
En la presentación del coche probé una unidad con suspensión deportiva que me pareció bastante más dura. Posiblemente sea ideal para el que conduzca deportivamente de manera habitual y elija una versión más potente pero para este Cdi de 136 CV(motor renault), la suspensión de serie es perfecta.
El comportamiento dinámico del coche es muy bueno. No tiene el tacto deportivo de un BMW Serie 1 –recordemos que es tracción delantera este mercedes- pero el feeling es muy bueno, con un eje delantero incisivo y una ausencia de subviraje notable siempre que no entremos pasados en las curvas. Una vez dentro del vértice de la curva sí tiende a tirar de morro pero es controlable.
La calidad de tracción es también buena, con una salida franca en curvas lentas. La dirección es muy asistida pero ha perdido –afortunadamente- aquel retorno deficiente que tenían algunos modelos de la marca hace unos años y que obligaban a trabajar en exceso con el volante.
En autopista, la sensación es la de estar conduciendo un coche más grande, tanto por el aplomo en recta como por el comportamiento del coche en los apoyos largos, con muy poca inclinación de carrocería.
En carreteras de montaña, el chasis asume perfectamente la entrega de potencia del propulsor de 136cv. Prueba de ello es que, si no se busca que aparezca de manera premeditada, el control de tracción apenas interviene a la salida de las curvas y para ver actuar al de estabilidad, al menos sobre suelo seco, hay que proponérselo.
En carreteras de montaña, el chasis asume perfectamente la entrega de potencia del propulsor de 136cv. Prueba de ello es que, si no se busca que aparezca de manera premeditada, el control de tracción apenas interviene a la salida de las curvas y para ver actuar al de estabilidad, al menos sobre suelo seco, hay que proponérselo.
Finalmente, en ciudad, es muy cómodo por el cambio automático y muy manejable gracias a la asistencia de la dirección pero falla en la visibilidad.
El equipamiento de serie es más completo de lo que es habitual en la marca. Los faros de xenón, los asientos deportivos, el equipo de audio con USB, Bluetooth y monomando en la consola central (en la imagen de la derecha) o las llantas de aleación son de serie (todos estos elementos se pagan aparte en un BMW Serie 1, por ejemplo).
Además dispone de detector de fatiga y de un sistema de aviso de pre-colisión que advierte, mediante una señal visual o sonora de la posibilidad de un impacto si, por ejemplo, nos echamos encima del coche precedente. El aviso es de una intensidad tal que, en ocasiones, llega a asustar al conductor si no se lo espera.
Además dispone de detector de fatiga y de un sistema de aviso de pre-colisión que advierte, mediante una señal visual o sonora de la posibilidad de un impacto si, por ejemplo, nos echamos encima del coche precedente. El aviso es de una intensidad tal que, en ocasiones, llega a asustar al conductor si no se lo espera.
El precio es elevado. El A200 CDi (motor renault) vale 28.220 euros a los que hay que añadir el precio de la caja automática (2.422 euros).
Nuestra unidad, con tapicería en tela/cuero, pintura metalizada rojo Júpiter, la línea Urban, los paquetes Noche, Visibilidad y Retrovisores, el navegador Navibox (el más económico de los dos que se ofrecen), los faros antiniebla, la cámara de marcha atrás, el apoyabrazos trasero abatible y el sistema de ayuda activa al aparcamiento, costaba exactamente 34.568,33 euros. ¿Mucho dinero? la verdad es que si para un coche que no lleva ni motor propio...pero aun asi tendra exito de ventas y eso es lo que cuenta al final
Nuestra unidad, con tapicería en tela/cuero, pintura metalizada rojo Júpiter, la línea Urban, los paquetes Noche, Visibilidad y Retrovisores, el navegador Navibox (el más económico de los dos que se ofrecen), los faros antiniebla, la cámara de marcha atrás, el apoyabrazos trasero abatible y el sistema de ayuda activa al aparcamiento, costaba exactamente 34.568,33 euros. ¿Mucho dinero? la verdad es que si para un coche que no lleva ni motor propio...pero aun asi tendra exito de ventas y eso es lo que cuenta al final
CONCLUSIÓN
-En definitiva este mercedes nos ha parecido equilibrado no esta nada mal pero no gana en ninguno de los aspectos a un BMW serie 1 o a un A3, excepto en el caso del serie 1 en el apartado del equipamiento que mucho de ello son extras y si equiparasemos nos saldria 6000-7500 € mas caro, tambien tenemos que felicitar a Renault por este estupendo propulsor que aparte de sus propios modelos tambien lo lleva este Clase A y mas adelante lo adquirida el nuevo Clase E, todo un reto para mercedes...
Nota final: 7,2
A Destacar: Calidad de materiales, asientos delanteros, equipamento en relacion a sus rivales
A Mejorar: Situacion palanca de cambios, precio, situacion del volante, visibilidad trasera
Rivales Directos: Bmw Serie 118D, Audi A3 2.0 TDI 150cv
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