Diseño
Lo primero que hay que destacar del diseño del nuevo 9-5 es lo bien que disimula sus cinco metros de longitud. Y es que las compensadas proporciones y fluidas líneas de este modelo le hacen parecer más compacto de lo que es. Y la amplia distancia entre ejes (2,8 metros) posibilita ofrecer buen espacio para los ocupantes traseros.
Desde el punto de vista aerodinámico, el 9-5presenta un muy buen coeficiente de penetración (Cx: 0,28) y a alta velocidad no hay fuerzas ascensionales en el eje delantero, siendo negativas las que se aplican al eje trasero. En palabras comunes, no tiende a elevarse con la velocidad.
El único punto en el que estas fluidas formas comprometen mínimamente la practicidad en el volumen del maletero, que con 515 litros es un poco más pequeño que el de sus rivales alemanes.
Los elementos estilísticos que más destacan –y que forman parte del nuevo lenguaje de diseño de Saab- están en el frontal, heredado del galardonado prototipo Aero X. Los faros delanteros están inspirados en bloques de hielo y albergan la última tecnología en iluminación, denominada Smart Beam. Una cámara detecta la luz ambiente y adapta el tipo de iluminación siguiendo cuarenta patrones preestablecidos. El conductor también puede elegir entre cuatro modos: urbano, interurbano, autopista y condiciones adversas.
La ausencia de adornos, la curva del parabrisas y la caída del montante trasero –herencia del 900- también le da ese aire característico de los Saab de siempre. Y es que, en palabras de Simon Padian, Director de Diseño de Saab: “Estamos adoptando un vocabulario nuevo para contar la historia de nuestra marca, dando una expresión moderna a algunos de nuestros rasgos de diseño clásicos”.
Habitabilidad
Las generosas dimensiones exteriores permiten ofrecer un habitáculo espacioso. Empezando por las plazas traseras, el nuevo 9-5 tiene 58 mm. más de espacio para las piernas que su predecesor, además de ser también más ancho a la altura de los hombros. La altura detrás no es sobresaliente, pero tampoco criticable. Eso sí, como en la mayoría de los coches, el pasajero central trasero irá menos cómodo, lo que se acentúa en las versiones con tracción total. Los pasajeros traseros pueden ver películas (en las pantallas del sistema de entretenimiento opcional) y manejar las climatización de su zona. El respaldo trasero es abatible 60/40 y tiene un reposabrazos central con posavasos, un compartimento y una abertura para esquís.
Delante, los asientos son amplios y cómodos. Cualquier conductor puede disfrutar de una posición de conducción perfecta por los múltiples reglajes de volante y asientos. Y todos los mandos, además de cómodos de utilizar, ofrecen buen tacto. Es interesante la pantalla opcional Head-up display, que proyecta la información en el parabrisas.
En general, el diseño presenta formas sencillas y muy ergonómicas, además de plásticos de buen tacto y tonos oscuros. Habrá quien eche de menos algo más de nobleza en el interior con, por ejemplo, partes de madera; y un mayor contraste de tonos y texturas en los materiales.
Permanecen elementos clásicos de Saab, como el diseño integrado del cuadro de mandos y la consola central, las salidas de ventilación con joysticks, el boton “black panel” que elimina la mayoría de iluminación de la instrumentación y el mando de arranque situado entre los asientos. En el nuevo 95 ya no es una llave, sino un botón. También es nuevo el freno de mano eléctrico, que deja más espacio para ubicar un cofre con dos compartimentos y las entradas auxiliar y USB.
Motores
La oferta inicial de este modelo se compone de tres motores, dos cajas de cambio, dos sistemas de tracción y varias configuraciones de chasis.
El motor de gasolina menos potente es un 2.0 turbo de 220 CV y 350 Nm. El consumo medio declarado es de 8,2 l/100 km (189 gramos de CO2 por kilómetro), aunque como todos los motores turbo, puede incrementarse notablemente si nos pasamos con el acelerador. También típico de los propulsores sobrealimentados es su gran sensación de empuje, destacando la lineal entrega de potencia de este bloque concreto. Suave y silencioso, el 95 2.0 T es también muy rápido, pues es capaz de alcanzar 240 km/h y de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos.
El motor de gasolina menos potente es un 2.0 turbo de 220 CV y 350 Nm. El consumo medio declarado es de 8,2 l/100 km (189 gramos de CO2 por kilómetro), aunque como todos los motores turbo, puede incrementarse notablemente si nos pasamos con el acelerador. También típico de los propulsores sobrealimentados es su gran sensación de empuje, destacando la lineal entrega de potencia de este bloque concreto. Suave y silencioso, el 95 2.0 T es también muy rápido, pues es capaz de alcanzar 240 km/h y de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos.
Este motor está disponible con todos los niveles de equipamiento, con tracción delantera o total AWD y con cambio manual o automático, ambos de seis velocidades. Todo lo contrario que el conocido 2.8 V6 turbo de 300 CV (10,6 l/100 km de consumo medio y 6,9 s. en el 0-100 km/h), que sólo se ofrece con caja automática y AWD. Este sistema de tracción, desarrollado junto a Haldex, reparte constantemente el par entre ambos ejes desde la arrancada. Además, el diferencial trasero (opcional) tiene un segundo embrague Haldex que mejora el reparto entre las ruedas traseras.
El único motor diésel disponible por el momento es el 2.0 TiD, con un consumo medio de 5,3 l/100 km y unas prestaciones más que razonables: 215 km/h y 9,9 segundos en el 0-100 km/h. En marcha, este motor entrega su potencia de un modo muy suave y mueve con suficiente soltura los 1.725 kilos del conjunto, aunque no esperen de él reacciones fulgurantes.
Conclusion
Por primera vez, vivir la experiencia de tener un Saab no significa sacrificar calidad de comportamiento y tecnología respecto a la competencia. Es cierto que el 95 no alcanza en muchos apartados el refinamiento técnico y tecnológico de un Audi A6, un BMW Serie 5 o un Mercedes Clase E; pero también es verdad que el modelo sueco es más económico y discreto.
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