Seat Toledo, Skoda Rapid, Opel Astra Sedán y ahora, el Citroën C-Elysée. El segmento de las berlinas de tamaño compacto no deja de crecer, alentada por el tirón de mercados como Europa del Este, Rusia y, sobre todo China. E igual como pasó con Dacia, que Renault finalmente trajo a Europa occidental, los modelos que ahoran llegan también se comercializarán en el Viejo Continente jugando, sobre todo, la baza de la relación entre el precio y la habitabilidad.
En concreto, el C-Elysée se puede pedir ya desde 13.650 euros, pues la marca ha decidido adelantar su comercialización para poder beneficiarse del Plan Pive.
El Citroën es fabricado en Vigo, igual que el Peugeot 301 que, hasta lo conocido, no se comercializará en nuestro país. Parte de la plataforma del C3, alargada hasta conseguir una berlina de 4,43 metros de largo con una distancia entre ejes de 2,65 metros.
Esto le permite ofrecer un excelente espacio para las piernas en las plazas traseras que, en cambio, resultan insuficientes para tres adultos por la estrechez del coche (1,75 metros). Finalmente, todavía queda hueco para un maletero de 506 litros de volumen, incluyendo que viene con rueda de repuesto.
Más batalla y menos maletero que el Toledo
Estos datos contrastan con los que consigue el que será su mayor rival, aunque en Citroën también citen al Chevrolet Aveo Sedán. Nos referimos al Toledo, que mide más (4,48 metros) con algo menos de batalla (2,60 m) y mucho más maletero. Nada menos que 550 litros cubica el coche español que, aparte, cuenta con la ventaja del portón trasero, mucho más práctico que la tapa del Citroën.
Estos datos contrastan con los que consigue el que será su mayor rival, aunque en Citroën también citen al Chevrolet Aveo Sedán. Nos referimos al Toledo, que mide más (4,48 metros) con algo menos de batalla (2,60 m) y mucho más maletero. Nada menos que 550 litros cubica el coche español que, aparte, cuenta con la ventaja del portón trasero, mucho más práctico que la tapa del Citroën.
Esta última ejemplifica que, sin llegar a ser un automóvil low cost, ofrezca detalles que, por la feroz guerra para lograr un precio ajustado, afean el conjunto. Por ejemplo, no se queda sujeta si no se alza casi al máximo y recurre a un sistema barato de bisagras que sirven como guía (todo a la vista) del cableado. Además, en el maletero, la parte superior que queda oculta, viene sin forrar.
El volante sólo tiene regulación en altura y tampoco nos ha gustado la agrupación de los mandos de los elevalunas alrededor de la palanca de cambios aunque eso no quiere decir que sea malo, o que la pantalla del aire acondicionado (nunca climatizador) recurra a gradientes, y no números para seleccionar la temperatura.
No obstante, la presentación general del coche es bastante buena. Se recurre a plásticos duros que tienen buena presencia y muy buena calidad, juicio que se puede decir del diseño de la carrocería. Es un tres cuerpos muy marcado, con formas más redondeadas que por ejemplo en el Toledo y que apuntan, al menos en el mercado español, a un tipo de cliente con más edad.
Tres motores, siempre con cambio manual
Hay tres motores disponibles: gasolina de 72 y 115 caballos, y diésel de 92. Este último copará cerca del 80% de las ventas. Todos vienen con cambio manual de cinco marchas, aunque está previsto que el año próximo se pueda pedir el gasolina pequeño con la caja manual pilotada. Y una automática para el de 115 caballos.
Hay tres motores disponibles: gasolina de 72 y 115 caballos, y diésel de 92. Este último copará cerca del 80% de las ventas. Todos vienen con cambio manual de cinco marchas, aunque está previsto que el año próximo se pueda pedir el gasolina pequeño con la caja manual pilotada. Y una automática para el de 115 caballos.
El consumo medio oscila entre los 4,1 litros del bloque de gasóleo y los 7,1 litros del 115 CV automático. El VTi 72 homologa una cifra de 5,2 litros y el gasolina grande, de 6,4 litros con la caja manual.
Cada uno de estos tres motores se pueden pedir con los dos acabados disponibles: Seduction y Exclusive. Y ya desde el primero vienen de serie interesantes elementos, como el ESP, dirección asistida eléctrica, cuatro airbags, elevalunas eléctricos delanteros, radio CD-MP3 o aire acondicionado. Esto hace que la versión de arranque (VTi 72 CV Seduction) resulte comparativamente más barato que el Toledo básico, con motor gasolina de 72 CV, que parte de los 13.990 euros y no lleva aire, eso si sin el PIVE incluido.
La variante más costosa es la diésel HDi 92 CV Exclusive, que sale por 18.050 euros. Esta segunda terminación, que cuesta 1.100 euros más a igualdad de mecánica, añade función MAX para el aire acondicionado, sensor de aparcamiento trasero, apoyabrazos delantero central, volante y pomo del cambio forrado en cuero, llantas de 16 pulgadas, regulador/limitador de velocidad.
En cualquier caso, la lista de opciones es muy limitada y dentro de ella no aparece ninguno de los sistemas de ayuda a la conducción que la marca viene ofreciendo desde hace años (control de crucero, limitador de velocidad, aviso de cambio de carril, etc)
Nuestras impresiones al volante
Un aspecto en el que el C-Elysée sorprende gratamente es en la dinámica. En la marca aseguran que tiene exactamente la misma configuración para todo el mundo, por lo que es esencialmente robusto al tener que enfrentarse a carreteras en mal estado y recordemos que ha sido testado en nada y nada menos que 4 millones de km.
Un aspecto en el que el C-Elysée sorprende gratamente es en la dinámica. En la marca aseguran que tiene exactamente la misma configuración para todo el mundo, por lo que es esencialmente robusto al tener que enfrentarse a carreteras en mal estado y recordemos que ha sido testado en nada y nada menos que 4 millones de km.
Al menos por las que discurrió la toma de contacto (autovía y vías de montaña en los alrededores de Asturias) el coche hizo gala de un buen equilibrio, incluso yendo con poca carga y tratándose de un vehículo diseñado precisamente para lo contrario.
Lo menos logrado, y de nuevo vuelve a salir a relucir la cuestión del precio, es el ruido de la mecánica diésel en el interior, a causa de una insonorización muy deficiente. De hecho, e inconscientemente, durante los primeros kilómetros, más de una vez buscamos una sexta marcha en el cambio que bajase ese ruido. Y no porque el motor, pleno de elasticidad y el mejor de su segmento, la necesite a gritos.
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