viernes, 18 de enero de 2013

Renault Scenic, restyling de un buque insignia familiar

Los Renault Scénic y Grand Scénic que hay en venta desde febrero de 2012 tienen pequeños cambios en el exterior, el interior, la gama de motores y el equipamiento.
Las diferencias entre Scénic y Grand Scénic son de longitud (miden 4,37 y 4,57 metros respectivamente) y de ampltiud en las plazas traseras y el maletero (437 y 645 litros). También se diferencian por el número de ocupantes que pueden llevar: cinco en el Scénic y cinco o siete (por 500 euros) en el Grand Scénic. También se distinguen porque los faros, el paragolpes delantero y los pilotos son distintos. Respecto a los modelos anteriores, ahora hay luces diurnas de leds e inserciones cromadas en la parte baja de las puertas, el portón del maletero y el paragolpes delantero, así como varios nuevos modelos de llantas de aleación.
El Grand Scénic podrá llevar unas barras longitudinales en el techo —disponibles a lo largo de 2012, no en el momento del lanzamiento—. Hay dos nuevos colores de carrocería: «Rojo Granate»  y «Azul Majorelle» . Ambos modelos tienen unas tapicerías de tela diferentes, de color «beige» y «carbón oscuro», y otra mixta de cuero y Alcantara.


De entre los monovolúmenes de su tamaño ha sido y es uno de los mejores por la funcionalidad del interior. Los tres asientos de la tercera fila son idénticos en forma y tamaño , algo que no ocurre en un Ford Grand C-Max , un Opel Zafira Tourer, un Toyota Verso  ni en un Volkswagen Touran  y sí en un Citroën Grand C4 Picasso  y un Peugeot 5008 . Eso, unido a la anchura disponible, facilita la instalación de hasta tres sillitas infantiles.
Tiene el inconveniente que para conseguir la mayor capacidad de carga posible hay que sacar esos tres asientos fuera del coche, operación que no es del todo sencilla ni cómoda y que requiere tener un sitio dónde dejarlos. En cambio, en el Zafira Tourer y en el Verso, por ejemplo, se pueden plegar en el suelo y forman una superficie de carga plana, lo que resulta más cómodo si surge la necesidad de manera imprevista. Si no se sacan, el sistema de plegado de los asientos de la segunda fila —la banqueta se levanta y queda pegada al respaldo delantero acorta la longitud disponible a la altura del suelo. Cuando se usan las siete plazas, la cortinilla cubre equipaje se puede guadar en un hueco destinado a tal fin .
Los cambios en el habitáculo son decorativos y no modifican las impresiones del interior del modelo anterior. Las opciones de configuración de la pantalla del cuadro de instrumentos son distintas, tal vez más llamativas, pero no me han parecido más útiles.


La novedad más importante de equipamiento es un elemento que Renault denomina «Visio System», que incluye un dispositivo de alerta por cambio involuntario de carril y cambio automático de luces cortas a larga y viceversa. Ambos dispositivos funcionan mediante la información que recibe una cámara ubicada tras el espejo retrovisor interior . La alerta por cambio involuntario de carril avisa al conductor con un pitido (otros fabricantes recurren a un sistema que hace vibrar al volante). El paquete «Visio System» es de serie en algunas versiones y opcional en otras (por solo 250 euros). Hablamos de ambos sistemas en el apartado de Impresiones de conducción. Otros elementos nuevos de equipamiento son el asistente al arranque en pendiente y las ráfagas en los intermitentes (una sola pulsación los activa tres veces).
Es un coche más bien silencioso y cómodo de suspensión. Aunque no tiene un tacto de dirección tan directo y preciso como un SEAT Altea y es más blando de suspensión que éste, el Scénic responde bien y su movimientos transmiten confianza. Hay siete motores y cuatro niveles de equipamiento —«Authentique», «Expression», «Dynamique» y «Privilege.
El Diesel «energy dCi» de 110 CV, de 1,5 litros de cilindrada, tiene cambios respecto al anterior motor de la misma cilindrada y potencia (que carecía de la denominación «energy»). Estos cambios aumentan el par máximo y reducen el consumo; así, el nuevo Scénic Energy dCi de 110 CV con cambio manual gasta 4,1 l/100 km, 0,8 l/100 km menos que el anterior. Hay un motor nuevo de gasolina —Tce de 116 CV— de 1,2 litros de cilindrada y turboalimentado. Al menos de momento, no reemplaza al 1.6 16v de 110 CV (sin turbo). Este último gasta 7,2 l/100 km mientras que el nuevo Tce consume 5,8 l/100 km. 

Los dos motores con denominación «Energy» tienen sistema de parada y arranque automático («Stop & Start») en las detenciones.

Hemos conducido el Renault Grand Scénic Diesel de 131 caballos con cambio manual y el Diesel de 110 con cambio automático «EDC» de doble embrague (posiblemente el mejor cambio automático de los tres posibles en el Scénic y Grand Scénic).

El motor Diesel de 131 caballos tiene buen funcionamiento, aunque solo nos parece superior al de 110 cuando es necesaria mucha aceleración, donde los 20 caballos de diferencia pueden ser definitivos. En ciudad, el de 110 nos parece más agradable porque tiene más fuerza a bajo régimen. Eso se traduce en que es más fácil salir desde parado con agilidad o manejarse entre el tráfico en marchas largas.

La decisión de compra de uno u otro es difícil, pues el precio de ambos modelos es el mismo. El de menor potencia es más agradable y fácil de conducir especialmente en ciudad mientras que el de 131 caballos ofrece un extra de potencia que puede venir bien en algunas ocasiones. En el apartado de impresiones de conducción damos más información de la versión Diesel de 110 CV con cambio automático de doble embrague.

Precio y datos interesantes a la hora de su compra
El Scénic está en venta desde 17 300 € , mientras que el Grand Scénic lo está a partir de 19 500 €. Un Scénic Diesel de 110 CV cuesta, en su versión más asequible, 20 300 €. Es un precio superior al de modelos similares como un Opel Zafira, un Citroën C4 Picasso, un SEAT Altea y un Ford C-MAX, todos con motores Diesel de entre 100 y 120 CV.
El Grand Scénic de siete plazas con motor Diesel de 131 CV está en venta a partir de 24 600 €, mucho más que lo que cuesta un Chevrolet Orlando (que tiene un habitáculo peor aprovechado) y similar a un Opel Zafira Tourer . Ente los monovolúmenes de siete plazas, 4,50 a 4,80 metros y motor Diesel de entre 150 y 200 CV, el Grand Scénic no es de los más asequibles, con diferencias de hasta 5000 €.

El Scénic y el Grand Scénic se fabrican en la plata que Renault tiene en Douai (Francia). Se han comercializado más de 400 000 unidades de ambos modelos desde que la tercera generación llegó al mercado en 2009. Desde 1996, cuando se empezó a comercializar la primera generación, se han vendido cerca de 3,9 millones de unidades. El Scénic y el Grand Scénic se comercializarán inicialmente en Europa. A lo largo de 2012 se venderá también en países como Turquía, Israel, Marruecos, Argelia, Túnez, Sudáfrica, Rusia y China.
La conducción del Grand Scénic no está condicionada por su mayor altura respecto a un turismo. Cierto es que se nota la diferencia, pero alguien que venga de un turismo no se sentirá incómodo al conducir este monovolumen.

La suspensión no es dura, por lo que resulta un coche cómodo. Y tampoco es tan blanda como para que los movimientos de la carrocería en las curvas puedan molestar a los pasajeros. Me parece que Renault ha logrado un buen equilibrio en estos aspectos para un coche familiar.
Un Ford Grand C-Max, un Opel Zafira Tourer y un Seat Altea XL tienen una suspensión más firme y una dirección con un tacto más directo. Son detalles que posiblemente solo aprecien aquellos conductores que valoren esas difrerencias en carreteras reviradas. En cualquier caso, en una conducción normal, todos resultan igualmente satisfactorios y ninguno me parece que sea notablemente más torpe.
Hemos probado la versión Diesel de 110 CV acoplada al nuevo cambio automático de doble embrague. Es un motor con buena respuesta y silencioso siempre que se vaya con las ventanillas subidas. Si están bajadas, se oye mucho y el ruido es poco agradable.

El cambio de doble embrague —llamado «EDC» (del inglés,Efficient Dual Clutch)— hace bien todo lo que se espera de un buen cambio automático: cambiar con suavidad y rapidez., si bien en este último aspecto no me ha parecido que iguale al cambio de doble embrague «DSG» del Grupo Volkswagen. También sabe leer bien algunas situaciones, como al bajar un puerto en el que el conductor toca el freno para que el coche no se embale; en ese caso lo normal es que reduzca una marcha.
No hay diversos programas seleccionables, simplicidad que será una ventaja para algunos conductores y tal vez un inconveniente para otros. Tampoco hay levas en el volante para seleccionar manualmente las marchas, solo es posible hacerlo desde la palanca, dando toques longitudinales. Cuando hay que maniobrar en poco espacio puede resultar difícil mover el coche pocos centímetros con suavidad: Mientras el coche está detenido y el freno pisado, el cambio desacopla el motor de las ruedas. Cuando se levanta el pie del pedal del freno, pasa un breve instante de tiempo hasta que el embrague se acopla y el coche comienza a moverse. En ocasiones, esa transición entre parado y movimiento no resulta fácil de dosificar. De todos modos, sí me ha parecido que lo hace con más suavidad que el cambio «DSG».
Los monovolúmenes más similares por potencia y tamaño de los que tenemos prestaciones propias  son el Ford Grand C-MAX 1.6 TDCi 114 CV, el Mazda5 1.6 CRTD 116 CV y el Peugeot 5008 1.6 HDi 112 CMP. La aceleración de 80 a 120 km/h es similar en todos ellos. En las recuperaciones, el Scénic es, junto con el Mazda, el más lento en las últimas marchas, tal vez por sus desarrollos más largos (nos faltan los del Peugeot para poder compararlos). En el recorrido que usamos para comparar el consumo (trayecto de ida y vuelta por autovía, tratando de conseguir una media de 120 km/h) ha gastado 6,4 l/100 km, un consumo similar al Peugeot y al Grand Scénic anterior de 131 CV. El Ford gastó más 7,1 l/100 km).


Nota: 7,7

Respecto al modelo que sustituye pierde su picaresca puesta a punto y mejora terminos de calidad pero de ahi que baje su nota.





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