El caso es que ya lo tenemos a la vista, con sus 256 CV y 366 Nm originales en el motor, pero vestidode bonito para acompañar en la Ciudad del Motor al ya mítico Shelby Super Snake de 850 CV. Se trata de una edición limitada a 500 unidades, y quizá más adelante llegue otra con cambios de potencia. De momento, nos conformamos con lo que hay, que no es poco.
Fibra de carbono en el capó —cuyas tomas de aire no son de pegote sino que sirven para extraer el calor—, y en la parte baja del paragolpes; llantas de mayor diámetro que las originales en un negro que otorga agresividad; discos de frenos perforados Brembo; vinilos específicos, como también es específico el alerón trasero de fibra de carbono, el aplique Shelby sobre la matrícula y los dos terminales de escape gigantescos que culminan la línea de escape Borla que sustituye a la original.
En la suspensión se han rebajado las cotas para darle mayor deportividad, y aunque de momento no se haya potenciado el motor del Focus —no os dejéis llevar por lo que veis en la foto de la galería, que eso es un “paquete de apariencia” (sic)—, desde Shelby ya han anunciado un próximo aumento significativo de la potencia. ¿Hacemos apuestas sobre cuánto alcanzará?
Entretanto, miramos la etiqueta del Shelby Ford Focus ST para ver que la preparación cuesta 14.995 dólares (unos 11.300 euros), y aparte hay que añadirle el coche que lleva debajo, que en Estados Unidos sale por unos 23.700 dólares (17.800 euros al cambio). Francamente irresistible, ¿no es cierto?
Por cierto, si el color abeja Maya (mandarina y negro) no os acaba de convencer, como es habitual en el preparador americano el Shelby Ford Focus ST se ofrece en el clásico blanco Oxford y azul, en negro y rojo, en negro y plata, en azul y blanco, en rojo y negro, en rojo y blanco, en rojo y plata, en plata y negro, en azul y negro…
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