La gama del i30 no deja de crecer y, a las carrocerías de cinco puertas y familiar, se suma ahora la variante de tres puertas. Su principal carta de presentación recae en un aspecto más deportivo, con detalles específicos en el frontal y con una zaga algo más estilizada, sin olvidar el crecimiento de las puertas y una línea de cintura más inclinada. Todo ello, pensado sin duda para atraer a los conductores más jóvenes.
Diseño
De la misma manera que en sus otras dos versiones de carrocería, el i30 de tres puertas se basa en el lenguaje de diseño que Hyundai denomina escultura fluida. No obstante, en este caso se ha desarrollado aún más su vertiente deportiva, con la aportación de detalles propios que le aportan una personalidad algo distinta. En el frontal del vehículo, la principal diferencia la encontramos en la parrilla. Si bien conserva la común forma hexagonal, su barra central está tratada de forma diferente, basándose en un acabado en negro mate.
Siguiendo en este sector del coche, se aprecia que la parte inferior del paragolpes cuenta con una sección en el mismo color de la carrocería. Mientras tanto, dispone de luces antiniebla de diseño más deportivo que en el i30 de cinco puertas. En la nueva carrocería, los faros son de forma redonda y están visualmente conectados con unas franjas de iluminación diurna por LED identificativas a esta versión del compacto coreano.
Su apariencia más característica se percibe cuando lo observamos de perfil. A unas puertas de mayor tamaño se suma una línea de cintura más inclinada. La caída del techo también es distinta, ofreciéndole un aspecto más deportivo. Asimismo, el diseño de las llantas de aleación es exclusivo para el i30 de tres puertas. Por su parte, la parte inferior del paragolpes trasero dispone de luces antiniebla con diseño horizontal, a diferencia del vertical del modelo de cinco puertas. De esta forma, se acentúa la sensación de anchura de la zaga.
Habitabilidad
Al igual que en el i30 de cinco puertas, el conductor goza de una notable sensación de amplitud, que se combina con el avance en términos de calidad de acabados que distingue a la segunda generación del compacto coreano. A nivel de diseño, el i30 de tres puertas puede contar con un acabado en naranja, nacido para adaptarse a la perfección al carácter más deportivo de esta carrocería. Este color se utiliza en el pespunte del volante, en los reposabrazos de las puertas y en la empuñadura de la palanca de cambio.
En función de la versión escogida, el modelo puede estar dotado de un amplio equipamientoque incluye volante y asientos delanteros calefactables, asiento del conductor con ajuste eléctrico de diez posiciones, climatizador bizona, freno de estacionamiento eléctrico, control de crucero con limitador de velocidad y techo solar panorámico. Opcionalmente, es posible equipar un sistema de navegación con pantalla táctil de siete pulgadas.
Cabe comentar que la distancia entre ejes no varía entre el modelo de cinco y de tres puertas. El acceso a las plazas traseras es más que aceptable. Esta segunda fila de asientos es preferible para dos ocupantes, que contarán con un buen espacio tanto para las rodillas como para los hombros, si bien se pierden 3,8 mm en anchura interior si se compara con el de cinco puertas. En lo que se refiere al maletero, es el mismo que el de su hermano de cinco puertas. Es decir, ofrece un encomiable volumen de carga de 378 litros, que se pueden convertir en 1.316 si se abaten los respaldos posteriores.
Motor
La gama del i30 con carrocería de tres puertas está compuesta por tres mecánicas distintas, dos de ellas diésel y una de gasolina. La primera propuesta de gasóleo corre a cargo de un propulsor 1.6 de 110 CV con turbocompresor de geometría variable. Entrega un par motor de 260 Nm a 1.900 rpm, fuerza suficiente para mover el vehículo con cierta soltura. Con este bloque, el i30 es capaz de pasar de 0 a 100 m/h en 11,5 segundos y rodar a una velocidad punta de 185 km/h. Lo que más destaca es su consumo medio, ya que homologa sólo 4,1 litros cada 100 km.
No obstante, si lo que buscamos es una mayor capacidad de respuesta, debemos decantarnos por la versión de 128 CV de este mismo motor. Gracias a su mayor caballaje, se percibe una superior aceleración, lo que le lleva a completar el 0-100 en 10,9 segundos al tiempo que su velocidad máxima alcanza los 197 km/h. La diferencia en materia de eficiencia no es demasiado relevante con respecto a la versión de 110 CV, ya que el consumo del motor de 128 CV es dos décimas superior (4,3 l/100 km). En ambos casos, la mecánica ofrece un importante grado de suavidad de funcionamiento.
La tercera posibilidad la ocupa el propulsor de gasolina, un 1.4 MPi de 100 CV que se distingue por un rendimiento prestacional algo por debajo del que ofrecen sus compañeros diésel. Con una entrega de fuerza de 137 Nm a 4.200 rpm, se percibe algo justo de ímpetu a bajas vueltas, pero si lo llevamos algo alto de revoluciones, su comportamiento mejora notablemente. Necesita 12,8 segundos para acelerar de parado a 100 km/h y marca una media de consumo de 6,0 litros. Las tres motorizaciones disponibles con el i30 de tres puertas se ofrecen únicamente con caja de cambios manual de seis velocidades.
Final
El i30 de cinco puertas se identifica por un diseño moderno y atractivo, que ha marcado un punto de inflexión en esta segunda generación. Dicha apariencia se torna más deportiva con la incorporación a la gama de esta versión de tres puertas, con novedades específicas en todos los flancos del vehículo. Además, consta de uninterior igual de espacioso y con un acceso más que aceptable para los pasajeros traserosa través de las dos puertas sobredimensionadas. A la venta con dos motorizaciones diésel y una de gasolina, lo que se le echa en falta es la posibilidad de montar una transmisión automática.
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